Calzado de montaña: ¿botas altas o bajas?

Podemos afirmar sin temor a equivocarnos que el calzado es el accesorio más indispensable a la hora de practicar senderismo. Puedes ir con camisetas de propaganda del Pryca y vestido con pantalones vaqueros, pero en el calzado de montaña no podemos fallar. Descuidar la parte más importante del cuerpo a la hora de realizar esta actividad es un grave error.

Hay infinidad de características en las que debemos fijarnos antes de escoger nuestro par más adecuado a nuestra actividad: impermeabilidad, agarre, transpirabilidad… pero en el artículo de hoy nos vamos a centrar en la característica que más quebraderos de cabeza produce: ¿bota alta o zapatilla de trekking?

Ojo, como bien hemos dicho: zapatilla de TREKKING, es decir, zapatillas diseñadas para usar por la montaña que poco tienen que ver con las zapatillas de running a las que más estamos acostumbrados.

La primera duda la vamos a resolver muy rápido. Si el uso de la bota va a ser alta montaña y las condiciones climatológicas van a ser nieve y frío, no hay duda: tendremos que escoger unas buenas botas altas.

En cambio, si nuestros recorridos van a ser normalmente de baja o media montaña, es donde más dudas surgirán sobre si usar o comprar unas botas altas o bajas.

Calzado de montaña: ¿botas altas o bajas?

Zapatillas de montaña

Este tipo de calzado es ágil y flexible. Dan menos calor, y por tanto, los pies transpiran más. Su mayor ventaja respecto a las botas es que son mucho más ligeras y permiten mayor movilidad en el pie. Es cierto que la caña baja desprotege el tobillo, pero esto no debería de ser importante ante un tobillo sano y una actividad en un terreno sencillo y sin mucha duración, como puede ser la ruta de las Cervalizas.

Al final el tobillo es una articulación pensada para moverse, si la limitamos con la caña alta, el tobillo se acostumbrará y se volverá más rígido. El resto de la pierna será la que tenga que hacer el esfuerzo de más, causado por esa limitación, siendo más habitual la sensación de “piernas cansadas”.

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Botas de montaña

Al contrario que las zapatillas, son menos ligeras y menos flexibles, pero llevaremos el pie más protegido. La caña alta no sólo nos cubrirá el tobillo sino que también nos protegerá de los elementos como el barro, la lluvia, piedrecitas… impidiendo que entren en el pie.

Al proteger mejor el tobillo, si has sufrido de episodios de esguinces, o por el contrario, la actividad que vas a llevar a cabo es en terrenos irregulares, con mayor desnivel o de bastante duración (como puede ser la senda del Lago Lomas), las botas son una gran opción.

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¿Cuál es el mejor calzado de montaña?

Al final, todo dependerá del tipo de actividad que vayamos a realizar y de las condiciones climáticas a las que nos vayamos a enfrentar. 

Nuestro consejo, y si la cartera lo permite y os consideráis aficionados al senderismo, es disponer de ambos calzados y alternarlos. En el caso de realizar actividades de baja montaña usar las zapatillas de caña baja y en el caso de realizar alguna salida de media-alta montaña utilizar las botas de caña alta para proteger el tobillo.

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