La ruta que nos lleva hasta Puerto Calderón entraña varias curiosidades, entre ellas que sirvió de escondite para los submarinos alemanes en la Segunda Guerra Mundial. Además, se visita la galería a una mina de zinc y con el añadido de disfrutar de unas preciosas vistas de la costa cántabra.
¿Cómo llegar a Puerto Calderón?
El comienzo de la ruta se sitúa en el aparcamiento de una de las playas más conocidas de Cantabria, la de Santa Justa. Sin duda una playa que merece la pena visitar. Para llegar hasta aquí, y tomando como referencia la ciudad de Santander, deberemos conducir por la autovía A-67 hasta la salida 187. Aquí continuaremos por la nacional N-611 hasta la rotonda de Solvay, donde cogeremos la primera salida por la CA-131. En la siguiente rotonda, seguimos por la CA-132 en dirección a Suances.
Pasados 2 kilómetros, cogemos el cruce a la izquierda por la CA-341 hacia Tagle. A nuestra llegada a esta localidad, conduciremos por la CA-351 hasta encontrarnos el cruce a la derecha hacia la playa de Santa Justa.
Aquí encontraremos un parking con bastante capacidad en el que dejaremos el coche.
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Puntos de interés de la ruta
La ruta comienza con un plato fuerte, y es que la primera protagonista es la playa de Santa Justa y su fotogénica ermita. Es una construcción semiexcavada en la rota. Declarada Bien de Interés Local, esta ermita semirruprestre solo cuenta con dos paredes de piedra de mampostería.
Tras unas fotos y contemplar este bonito paisaje que nos rodea la costa cántabra nada más empezar, continuamos la ruta junto a los acantilados.
Pasados unos kilómetros de caminar pegados a los acantilados, llegamos a Punta del Poyo donde tendremos una perfecta vista de la ensenada de Puerto Calderón. Tiene su origen en la época romana e incluso hay quien sitúa aquí el Portus Nlendium romano. Este puerto tuvo gran importancia debido a que fue el único puerto entre San Vicente de la Barquera y Santander. Como curiosidad, también se dice que aquí, en el Puerto Calderón, se escondieron los submarinos alemanes durante la Segunda Guerra Mundial.
Con baja mar, se puede apreciar varias bocas de entrada de las galerías que se encuentran en este emplazamiento. Nosotros en este caso, podemos acceder a una de ellas. De aquí se extraía zinc por la compañía Asturiana que explotaba la mina.
Tras reponer fuerzas con este precioso paisaje, solo nos queda retroceder sobre nuestros pasos hasta el parking de Santa Justa dando por finalizada así la ruta.
